domingo, 25 de septiembre de 2011

Reflexión dominical del Padre Gregorio Gil Cruz. Nochixtlán

Domingo, día del Señor
“El segundo arrepintió y fue…”
Evangelio: Mt. 21, 28-32
En aquél tiempo Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: “¿Qué opinan de esto? Un hombre que tenía dos hijos fue a ver al primero y le ordenó: ´Hijo, ve a trabajar hoy en la viña´. Él le contestó: ´Ya voy Señor´, pero no fue. El padre se dirigió al segundo y le dijo lo mismo. Éste le respondió: ´No quiero ir´, pero se arrepintió y fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?” Ellos le respondieron: “El segundo”.
Entonces Jesús les dijo: “Yo les aseguro que los publicanos y las prostitutas se les han adelantado en el Reino de Dios. Porque vino a ustedes Juan, predicó el camino de la justicia y no le creyeron; en cambio, los publicanos y las prostitutas sí le creyeron; ustedes, ni siquiera después de haber visto, se han arrepentido ni han creído en él”. Palabra del Señor.
En este domingo, el Señor nos vuelve a tocar en nuestro interior. Con este ejemplo de los dos hijos nos presenta dos actitudes distintas: uno que dice que sí y no va y el otro que dice que no y si va. La pregunta es muy concreta y sencilla: ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre? Pregunta que no puede evadirse y que exige una respuesta concreta. Interpelados los sumos sacerdotes y los ancianos no pueden evadir la respuesta y responden bien. Esto trae como consecuencia que Jesús hable en términos más fuertes: “Yo les aseguro que los publicanos y las prostitutas se les han adelantado en el Reino de Dios”. Esto para hacerles ver su respuesta negativa frente a sus enseñanzas, ellos han sido soberbios ante la propuesta de estilo de vida de Jesús, han cerrado su corazón y a pesar de los prodigios de los cuales han sido testigos no han querido cambiar de actitudes. Su soberbia y autosuficiencia no les permite aceptar la salvación ofrecida por Dios.
El Señor les habla duramente a los sumos sacerdotes y jefes del pueblo: “Yo les aseguro que los publicanos y las prostitutas se les han adelantado en el Reino de Dios”. ¡Un juicio duro, pero muy certero! ¿Por qué? Porque los pecadores y las prostitutas son como el primer hijo de la parábola, ellos hicieron la voluntad del Padre: creyeron en Cristo y se convirtieron ante su predicación. Mientras que los fariseos y los dirigentes del pueblo judío, que se consideraban muy justos y observantes, y se sentían muy seguros de sí mismos, ésos son como el segundo hijo: no obedecieron a Dios. Y lo que el Señor quería era que hicieran la voluntad del Padre.
Lo que Jesús quiere enseñar es el valor del arrepentimiento y de la conversión. La humildad del corazón para abrirse al amor de Dios. Aunque nos parezcan grotescas sus palabras, Jesús quiere hacernos ver que aunque llevemos una vida desordenada, si somos capaces de reorientar nuestras vidas Dios nos perdona; él conoce nuestra debilidad, sabe que somos frágiles al pecado, que caemos con facilidad en el error y que estamos muy expuestos a vivir en situaciones de pecado, pero más importante aún es el arrepentimiento y el corregir nuestra vida.
El ejemplo nos cuestiona, interpela nuestra conciencia, pues cuantas veces no hemos tenido la misma actitud del primer hijo cuando se nos pide un favor, decimos sí y luego no lo hacemos. Pero también, cuantas veces por pereza, indiferencia o por temor no le hacemos caso al Señor que nos invita a comprometernos un poquito más por hacer presente el Reino de Dios, esto es, por fortalecer nuestras familias, por denunciar los actos de corrupción y situaciones de injusticia. Cuantas veces, pues, simplemente no nos queremos comprometer o somos inconstantes en el servicio a los demás. Que ojala hagamos un esfuerzo por estar en disposición en darle un sí al Señor.
Recordemos las palabras del Señor, “no todo el que me dice ¡Señor, Señor! se salvará, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo”. Y nosotros, ¿cuál de estos dos hijos somos?
Dios los bendiga. Feliz domingo

P. Gregorio Gil Cruz Glz.
Gil_0971@hotmail.com
@PGil_Cruz