domingo, 27 de febrero de 2011

Comunicado de Prensa de Monseñor José Luis Chávez Botello

¿QUEREMOS REALMENTE TRANSICION? PAGUEMOS EL COSTO
Comunicado de Prensa
Febrero 27 de 2011.
            Para comprender lo que nos pasa y revisarnos en vistas a mejorar nuestro caminar, es indispensable centrarnos en los pilares fundamentales de toda sociedad; uno de ellos es el Bien Común. La correcta comprensión y búsqueda del Bien Común nos evitaría no pocos conflictos, ubicaría nuestro quehacer, nos ayudaría a sanear y a fortalecer nuestras instituciones y organizaciones. La Iglesia con su presencia y experiencia de veinte siglos en épocas, sociedades y sistemas políticos muy diversos, ha reflexionado y elaborado a la luz del Evangelio todo un cuerpo de principios, criterios y directrices que compendian la Doctrina Social de la Iglesia.
            ¿Qué es el Bien Común desde la Doctrina Social de la Iglesia?. El Concilio Vaticano II nos dice: “Es el conjunto de aquellas condiciones de vida social que facilitan tanto a las personas como a los grupos sociales el que consigan más plena y más fácilmente la propia perfección” (GS 26). Promover y proteger la dignidad inalienable, la unidad e igualdad de toda persona es la finalidad del Bien Común, lo que marca sus tareas. En toda búsqueda y promoción del Bien Común la persona es un fin y nunca un medio.
Nunca olvidemos que la persona humana alcanza su realización no en el aislamiento ni prescindiendo de los demás sino dentro de comunidades concretas y a través del don de sí mismo; solo viviendo con y para los demás nos superamos y maduramos. El Bien Común es de todos y de cada uno, no pertenece al Estado como tal sino a las personas como individuos llamados a la comunión donde cada uno descubre y logra su propio bien en relaciones sanas con los demás. No puede haber contraposición entre el bien personal y el Bien Común; la solución  está en el esfuerzo de armonizar y de salvar a los dos; decía el Papa Juan Pablo II: “La persona se ordena al Bien Común porque la sociedad a su vez está ordenada a la persona y a su bien”.
            En los sistemas políticos colectivistas la persona es vista como medio para conseguir el bien de la colectividad pero, en la práctica, se manipula o se oprime porque lo que cuenta es el Estado y no las personas. En los sistemas políticos liberales se da prioridad al individuo sobre la sociedad pero se descuida crear las condiciones sociales favorables a todos; en la práctica se olvida el Bien Común como bien social para todos, se propicia el individualismo agresivo, se alimentan familias y grupos de poder, el Bien Común y el servicio a la sociedad quedan solo como discurso y máscara.
Ningún sistema político es perfecto, ni bueno o malo en sí mismo. Solo en la correcta comprensión y búsqueda del Bien Común y con espacios de participación ciudadana responsable se purifican y responden mejor al Bien Común de todos los ciudadanos; de no ser así, se buscará más el interés de partidos o de grupos, se cae en la manipulación y en la corrupción, se alimentan cacicazgos y autoritarismos, se deterioran las mismas instituciones. Nos lo muestra y enseña la historia.
En este sentido son buenas señales los espacios de escucha y de participación ciudadana que el Ejecutivo y el Congreso del Estado están abriendo; esperamos se acrecienten y que el Supremo Tribunal de Justicia y los Partidos Políticos den también a la sociedad señales claras de esperanza. Confiamos en que la sociedad sabrá aprovechar estos espacios y promoverá otros propios e independientes para vigilar, apoyar, valorar y en su caso exigir a los gobernantes y partidos políticos transparencia, erradicar la corrupción y mayor responsabilidad en su cometido de promover y buscar el Bien Común. La sociedad los necesita a todos; es el paso indispensable a dar y el costo que debemos pagar para impulsar una auténtica transición.
Con mi saludo y bendición para todos.

 + José Luis Chávez Botello
                                                               Arzobispo de Antequera-Oaxaca